La queratosis actínica es una lesión producida por la exposición crónica a la radiación ultravioleta y que puede evolucionar a un cáncer de piel invasivo (carcinoma espinocelular). Algunos autores la consideran una lesión premaligna y otros creen que es un verdadero cáncer cutáneo, pero muy superficial (carcinoma in situ).
Las queratosis actínicas son muy frecuentes, sobre todo en personas mayores, de piel clara y que han tomado mucho sol. Clínicamente se presentan como manchas rojizas o marronáceas rasposas al tacto (descamativas, hiperqueratósicas) que se localizan en áreas fotoexpuestas: cuero cabelludo alopécico, cara, cuello, escote, dorso de antebrazos y manos, zona distal de las piernas.
Su relación con el cáncer de piel es bien conocida, ya que la mayoría de los carcinomas espinocelulares invasivos se desarrollan sobre una queratosis actínica o sobre la piel adyacente que ha recibido la misma cantidad de radiación ultravioleta (campo de cancerización). Aunque el riesgo de evolución a un cáncer más agresivo es bajo para cada lesión individual, el porcentaje se incrementa considerablemente por determinados factores como la inmunosupresión, la cantidad elevada de lesiones o la edad avanzada. Además, no existe ningún parámetro clínico que nos permita predecir qué lesión va a progresar a cáncer invasivo y cuál no.
El diagnóstico es sencillo para un dermatólogo, aunque a veces pueden confundirse con léntigos solares, queratosis seborreicas, basocelulares superficiales o enfermedad de Bowen. La clínica y la dermatoscopia ayudan a discernir si se trata de queratosis actínicas o de otro tipo de lesiones y muy pocas veces es necesario realizar una biopsia para salir de dudas.
Existen dos tipos de tratamientos. Unos enfocados a la destrucción de la lesión y otros que también tienen efecto el campo de cancerización. Combinar ambos tratamientos disminuye el número de recurrencias. Entre las terapias más utilizadas destacan criotearpia, ácido tricloracético, 5 fluorouracilo, imiquimod, diclofenaco o terapia fotodinámica.
Debido a su capacidad potencial de degeneración a carcinoma espinocelular invasivo y a que no sabemos qué queratosis actínica tiene más riesgo de hacerlo es conveniente tratarlas todas y, si es posible, el campo de cancerización. En pacientes con factores de riesgo para la progresión a cáncer invasivo (múltiples lesiones, edad avanzada, inmunosupresión) es muy conveniente una revisión periódica en Dermatología.
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