Consejos del podólogo sobre tipos de calzado. La elección de un calzado correcto no sólo es importante para la comodidad a la hora de caminar, sino también para prevenir otras lesiones, como por ejemplo lesiones de espalda. Calzar un zapato sin tacón evidentemente resulta más cómodo porque se acerca más a la posición anatómica del pie pero ir en plano supone un esfuerzo añadido para la fascia plantar al despegar el pie del suelo.

Y es que, contrariamente a lo que se cree de manera mayoritaria, el calzado plano no es el más adecuado para nuestros pies ni para nuestras articulaciones. Según los expertos en podología, un zapato que tenga dos o tres centímetros de tacón es más saludable porque permite repartir convenientemente la presión entre el talón y el antepié. Eso sí, recalcan los podólogos, debe tener también otras características, como un contrafuerte acolchado para evitar roces en el talón, además de permitir la estabilidad, sujeción y amortiguación a la hora de caminar.

Un calzado mixto, el que según la moda actual se denomina ‘calzado casual’, puede ser una buena opción ya que se sitúa a medio camino entre el zapato clásico habitual y el deportivo. En este sentido también las zapatillas de deporte son buena opción en cuanto a sus características de amortiguación y estabilidad.

Sin embargo, otros modelos como las conocidas bailarinas no son tan buenas para nuestros pies. El uso continuado de bailarinas ocasiona dolor en el hueso del talón, el calcáneo, dando lugar a la fascitis típica. Este tipo de calzado, además, sujeta poco al pie y no lleva contrafuerte, por lo que pueden dar problemas de lateralización, con un movimiento antinatural del pie hacia dentro o hacia fuera.